El sector de la energía, y en particular las energías renovables, está siendo profundamente transformado por la irrupción de tecnologías disruptivas que aprovechan la masiva digitalización de los activos para transformar no sólo el diseño de los componentes y los sistemas, sino nuestro conocimiento de su forma de operar y los procesos asociados a su explotación. La Unión Europea ha remarcado que las tecnologías digitales jugarán un papel vital en la competitividad de las empresas en toda la cadena de valor, especialmente a la hora de satisfacer las expectativas de los clientes en un mercado orientado a los servicios.

En su visión más global, el sistema energético se está moviendo hacia fuentes variables y descentralizadas de energía, especialmente en lo que concierne a las energías renovables. Esta tendencia junto a la irrupción de las tecnologías digitales está provocando una ruptura en una serie de barreras que formaban el status-quo en el sector energético:

• Entre aplicaciones y fuentes de datos, construyendo sinergias entre los agentes que gestionan las fuentes de datos, las oficinas técnicas, los proveedores de servicios y aplicaciones, y los clientes.
• Entre procesos de negocio, que se ven impelidos a abrazar los cambios y facilitar el intercambio de información y servicios entre los distintos agentes.

A pesar de que muchas empresas de la cadena de valor en las energías renovables han dado un paso al frente a la hora de enfrentar los retos de la digitalización del sector energético, tan sólo un dos por ciento de los datos disponibles en el sector energético son recogidos, y en gran medida estos datos no se recogen de forma automática. Éste es un dato de extremo relevante teniendo en cuenta el impacto potencial que se espera del uso de los datos en aspectos muy diversos, no sólo en el diseño y producción, también en servicios de campo y mantenimiento, que afectan directamente al coste de la energía mediante la mejora de la productividad, la reducción de costes, y nuevas ventajas como las derivadas del mantenimiento predictivo. Para la industria energética, la transformación digital ofrece soluciones a corto y largo plazo que les facilita afrontar los cambios regulatorios y en las demandas de mercado, gestionado los costes, la disponibilidad y los servicios con un mayor conocimiento y previsión. La disrupción digital supone una oportunidad, pero también implica retos y riesgos, así como una aceleración de la innovación que aumenta la competitividad, reduciendo la ventana de oportunidad de incorporarse a la transformación digital.